En foco

56 Consejos de Humanidades y cómo están generando un impacto

Grantmaking areaHigher Learning
AuthorAnaya Patel
PhotographyCourtesy of the Federation of State Humanities Councils
DateOctober 20, 2025
Tres personas tejen nasas para anguilas en un taller luminoso y lleno de herramientas, cubos y materiales, con ventanas que muestran una vista rural del exterior.
Las prácticas tribales, como el tejido con nasas para anguilas, se comparten a través del Programa de Aprendizaje de Folclore de Virginia de Humanidades de Virginia. Foto cortesía de Humanidades de Virginia.

En los 50 estados de Estados Unidos, sus territorios y el Distrito de Columbia, los consejos de humanidades están empoderando a la gente para que cuenten sus historias, celebren la creatividad y se vinculen a través de la cultura compartida.

Estos consejos, no partidistas y financiados con fondos públicos, ofrecen una amplia gama de programas gratuitos y de bajo costo, sacando las humanidades fuera del aula y llevándolas a parques, bibliotecas y ayuntamientos.

“Durante más de 50 años, los consejos de humanidades han sido la columna vertebral de la vida cultural estadounidense, conectando gente a través de programas que iluminan, honran y celebran nuestra historia compartida al nivel local”, dijo Phillip Brian Harper, el director del programa de Enseñanza Superior de la Fundación Mellon. “El trabajo de estos consejos tocan todos los ámbitos de las comunidades en nuestro país”. En el 2025, Mellon se asoció con la Federación de Consejos de Humanidades Estatales para proveer fondos de emergencia a los 56 estados y consejos jurisdiccionales cuando $65 millones en fondos federales fueron eliminados.

Desde el sur de Estados Unidos hasta el Caribe, los seis consejos a continuación muestran lo que logra este apoyo al ofrecer programas accesibles de arte, literatura y patrimonio cultural para personas de todas las edades.

Programa de aprendizaje sobre el folclor de Virginia
Consejo de Humanidades de Virginia

En un momento dado, el Dr. D. Brad Hatch era el único integrante de la tribu indígena Patawomeck que sabía cómo hacer una trampa tradicional para anguilas, una cesta tejida para capturar anguilas. Lo que alguna vez fuera una fuente vital de ingresos y de sobrevivencia para los pueblos indígenas que vivían en la región, el tejido de trampas para anguilas comenzaba a desaparecen de la memoria de los Patawomeck. En 2022, Hatch se convirtió en el maestro artesano mentor de sus compañeros de tribu David Onks y Reagan Anderson a través del Programa de aprendizaje sobre el folclor de Virginia, ayudando a revivir una práctica tribal.

El Programa de aprendizaje, que vincula maestros artesanos y otros especialistas del sector con aprendices deseosos de perfeccionar su oficio, ha apoyado 154 asociaciones de aprendizaje desde sus inicios en 2002. Igual que con el tejido de trampas para anguilas, los aprendices están preservando una amplia gama de tradiciones culturales vitales que van desde el entrenamiento de caballos de tiro y construcción de instrumentos hasta la medicina tradicional y la danza. Según evolucionan las tradiciones con el tiempo y la tecnología, estas prácticas ayudan a sostener el legado de un patrimonio cultural de Virginia.

“Mientras estoy tejiendo las trampas, pienso en las personas de nuestro pasado”, Anderson dijo al Consejo de Humanidades de Virginia. “Pienso, ‘Oh, George Newton podría usar esto en su caña de pescar’. O pienso en mi bisabuelo. Todo el tiempo”.

Clubes de lectura en prisiones
Consejo de Humanidades de Misisipi

Para el Consejo de Humanidades de Misisipi, “las humanidades son para todo el mundo”, incluyendo las 19,000 personas encarceladas en las prisiones de Misisipi. Cuando los estudiantes del programa educativo penitenciario manifestaron un gran interés por los libros, el consejo inauguró su primer club de lectura en la prisión en la Penitenciaría Estatal de Misisipi, en Parchman, en 2022. Hoy día, esa primera iniciativa se ha expandido a 16 clubes de lectura en 12 instalaciones carcelarias.

Unos hombres encarcelados se sientan a leer libros mientras una mujer dirige una discusión al frente de una habitación luminosa con paredes beige y una puerta de salida de incendios.
Los clubes de lectura son más que un simple grupo de lectura. El Consejo de Humanidades de Mississippi lanzó su primer club de lectura en prisiones en 2022; hoy se ofrecen 16 en 12 centros penitenciarios del estado. Foto cortesía del Consejo de Humanidades de Mississippi.

Cada club tiene como facilitador a un escritor local o un profesor de humanidades, y los miembros participan en la selección de los libros. Desde libros de no ficción y memorias hasta novelas y colecciones de cuentos, cada selección convida a los lectores a explorarse a ellos mismos y al mundo en general. Obras como La parábola del sembrador de Octavia Butler, y Canta, sin enterrar, canta de Jesmyn Ward animan a los miembros a involucrarse críticamente con temas de resiliencia y justicia, al tiempo que los invita a reflexionar sobre sus propias experiencias en el sistema penitenciario.

Para muchos de los miembros, estos clubes de lectura son más que grupos de lectura. Crean espacios de conexión y respeto excepcionales en medio de ambientes aislantes.

“Las prisiones son espacios deshumanizantes, y los clubes de lectura —sentarse en grupos y tener gente que escuche tus ideas— humanizan”, dijo Carla Falkner, Coordinadora de Proyectos para el Consejo de Humanidades de Misisipi.

Poesía de lluvia
Consejo de Humanidades de Pensilvania

En 2023, estudiantes de primaria de cinco barrios de Filadelfia se reunieron para aprender sobre el haiku y escribir sus propios poemas inspirados en esa forma japonesa. Una selección de haikus fue luego instalada en el suelo de parques y bibliotecas utilizando una solución especial que se activa con la lluvia, y que solo se visibiliza cuando la acera está mojada. El resultado: poesía instantánea con agua. Desde entonces, la poesía de lluvia se ha difundido y viajado alrededor de Pensilvania, inspirando a escritores jóvenes de Pittsburgh, Johnstown, Harrisburg y Reading.

Los niños vierten agua en una acera para revelar poemas ocultos, rodeados de compañeros de clase y maestros en un día soleado.
Rain Poetry es un programa educativo e inspirador de Humanidades de Pensilvania que anima a estudiantes de primaria a practicar el arte del haiku. Foto cortesía de Humanidades de Pensilvania.

En cada taller de poesía, los estudiantes —desde niños de kínder hasta adolescentes— responden a preguntas claves como “¿Qué te ayuda a seguir creciendo?” o a temas sobre el futuro, los cuales estimulan la creatividad al motivarlos a reflexionar sobre sus propias vidas. Muchos de ellos terminan viendo sus haikus en sus propios vecindarios.

Era pequeño
Luego crecí como
una lila en verano

—Miller L, 5to grado
Johnstown, PA

La poesía de lluvia ha inspirado tanto a los adultos como a los estudiantes jóvenes del estado. Luego de encabezar un taller de haiku, David Jones —quien fuera nombrado como el tercer Joven Poeta Laureado de Filadelfia a los 17 años en 2015— indicó que dejó su trabajo en finanzas para dedicarse a la enseñanza. Motivado por la creencia de la poesía de lluvia en la educación creativa, Jones enseña a poetas jóvenes mientras sigue escribiendo y publicando su propia poesía y sus ensayos.

Encrucijada: cambios en la América rural
Consejo de Humanidades de New Hampshire

¿Qué significa la expresión “América rural”? ¿Cómo han cambiado nuestros pequeños pueblos? Estas son las preguntas guías de la exhibición Encrucijada: cambios en la América rural. Como parte del programa de exposiciones itinerantes del Museo en Main Street —una colaboración de mucho tiempo entre la Institución Smithsonian y los consejos de humanidades estatales—, los programas educativos y las exposiciones viajan a pueblos pequeños de todo el país, invitando a residentes y visitantes a reflexionar sobre los cambios económicos y culturales del último siglo. Desde 1994, el Museo en Main Street ha brindado exhibiciones a más de 1,900 comunidades con una población promedio de 8,000 habitantes.

Un grupo grande de personas escucha una charla comunitaria en una sala similar a un gimnasio con paneles de exhibición sobre la historia local y el cambio social.
Residentes de pequeños pueblos de New Hampshire se reunieron para celebrar la historia local como parte del programa "Museo en la Calle Principal", una colaboración entre el Instituto Smithsoniano y Humanidades de New Hampshire. Foto cortesía de Humanidades de New Hampshire.

A lo largo de 2024 y 2025, Encrucijada realizó una gira por New Hampshire, instalándose en universidades comunitarias, pequeños museos y otros espacios de reunión. En Jefferson, New Hampshire (con una población de 1,060), la exhibición fue albergada en un antiguo gimnasio escolar transformado en centro comunitario, y se convirtió en un punto de encuentro para celebrar la historia de Jefferson. Los estudiantes crearon exposiciones complementarios sobre la fauna y la Guerra de Independencia de New Hampshire, así como sobre la propia historia del pueblo, que presentaron a estudiantes más jóvenes y vecinos.

“La exhibición Encrucijada regala la oportunidad a pueblos pequeños de destacar sus propias historias y a miembros de la comunidad, de contar la historia de cómo continúan enfrentando los cambios de los últimos cien años en América”, dijo Michael Haley Goldman, director ejecutivo del Consejo de Humanidades de New Hampshire.

Estimado Desconocido
Consejo de Humanidades de Oregón

Desde 2014, más de 1,500 cartas han sido intercambiadas entre desconocidos a lo largo de Oregón. Cada carta, encabezada por “Estimado Desconocido”, abre una pequeña ventana a la vida de alguien que tal vez nunca conozca personalmente, pero a quien puede llegar a conocer a través de sus cartas escritas a mano.

Un collage colorido de cartas escritas a mano y sobres enviados a “Querido extraño” en Oregon Humanities, decorado con arte y sellos.
Un proyecto de Humanidades de Oregón, "Querido Extraño" conecta a personas de todo el estado mediante cartas escritas a mano. Foto cortesía de Humanidades de Oregón; Crédito: Ellie Esterowitz.

Creada por el Consejo de Humanidades de Oregón, el proyecto Estimado Desconocido fomenta conversaciones y conexiones entre personas con diferentes experiencias y creencias. Los participantes escriben cartas que se ajustan a un tema escogido, las envían al Consejo de Humanidades de Oregón, y a cambio reciben una carta de otro participante. El proyecto realiza tres rondas de intercambios cada año, cada una guiada por una nueva pregunta diseñada para estimular el diálogo y la reflexión. En una ronda de 2025, por ejemplo, se invitó a los participantes a reflexionar sobre la realidad: “¿Qué es real para ti? ¿Dónde encuentras la verdad?”

Durante la pandemia del Covid-19, Estimado Desconocido se convirtió en el sustento para muchas personas buscando conexión en tiempos de aislamiento. “Decidí escribir una carta de Estimado Desconocido simplemente porque estábamos encerrados en casa”, escribió Rich Lufrano. “Tal vez como muchos otros estadounidense en ese momento, yo estaba buscando algún tipo de emoción, alguna conexión, o una manera de sentirme más cerca de otra gente”.

Desde sus inicios, Estimado Desconocido ha llegado a todos los condados de Oregón, 35 otros estados y 4 países, conectando gente mediante el sencillo pero poderoso acto de escribir una carta.

Feria de Cómics, feria anual del cómic
Fundación Puertorriqueña de las Humanidades

Desde el 2018, miles de amantes del cómic de todo Puerto Rico se han reunido para la feria anual del cómic. La feria, un fin de semana de celebración de la identidad puertorriqueña y la imaginación, comparte la historia de la Isla a través del vibrante mundo de los cómics y sus personajes queridos. En 2025, cerca de 3,000 asistentes llenaron los recintos del Cuartel de Ballajá en el viejo San Juan. Organizado por el bibliotecario y colector de cómics Manuel Martínez Nazario, el evento contó con charlas de seis artistas y autores del arte del cómic puertorriqueño, junto con 100 expositores que compartieron sus obras de arte, sus colecciones y su pasión por contar historias.

Un adolescente dibuja cerca de una máscara colorida, una escultura de robot y un cómic enmarcado exhibido en una pared de un rojo intenso.
“Arte de La Borinqueña”, una muestra de la aclamada serie de cómics de Edgardo Miranda-Rodríguez, inspiró a los visitantes a explorar narraciones arraigadas en el folclore, la ecología y el misticismo de Puerto Rico. Foto cortesía de Fundación Puertorriqueña de las Humanidades.

La feria de 2025 marcó, además, la gran final de la exhibición Arte de La Borinqueña, una muestra de la aclamada serie de cómics de Edgardo Miranda-Rodríguez. La Borinqueña —llamada así por el himno de Puerto Rico y por el pueblo indígena de los Taínos— cuenta la historia de un superhéroe cuyos poderes tienen sus raíces en el folclor, la ecología y el misticismo de la Isla. La exhibición fue una invitación para que un público nuevo conociera el arte detrás de la serie y su poder como vehículo creativo para enseñar la historia de Puerto Rico.

“Espero que todos los que visiten la exhibición reconozcan el superpoder innato que todos tenemos para marcar una diferencia en la vida de los demás cada día”, indicó Edgardo Miranda-Rodríguez, escritor y creador de La Borinqueña.